*Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien escribe. No representa un posicionamiento de El Colegio de la Frontera Norte.*
La semana del 26 al 30 de junio, la empresa VU Manufacturing, situada en Piedras Negras, Coahuila, realizó despidos masivos en plena investigación de la Oficina de Respuesta Rápida de Mecanismos Laborales (RRML), creadas durante el TMEC por violaciones a la libertad de asociación. Se estima que de 400 trabajadores que la planta tenía al inicio de la controversia laboral, solo quedan 200, así pues, contrario a la protección de las fuentes laborales de los trabajadores que se esperaría durante la resolución de una controversia internacional, éstos han sido afectados y no han mejorados sus condiciones laborales. Peor aún, a pesar de la afectación de que son objeto, no parece vislumbrarse una acción que frene los despidos y mejore las condiciones laborales en esta empresa, lo que resulta preocupante. El caso de VU resulta relevante porque pone en la mesa de discusión dos aspectos relevantes: el poderío que parecerían tener las trasnacionales a pesar de todas los instrumentos y recursos legales que existan para promover la organización y los derechos laborales en tiempos de integración económica. La empresa, a pesar de recibir un requerimiento para respetar la libertad de asociación y de que el sindicato independiente, dirigido por la Liga Sindical Obrera Mexicana (LSOM), gano las elecciones desde 2022, https://fortunaypoder.com/corporativos/trabajadores-de-manufacturas-vu-eligieron-a-liga-sindical-obrera-mexicana-como-su-sindicato, no ha asumido las recomendaciones internacionales, ni ha respetado la titularidad del sindicato independiente ganador. Esta situación condujo a una segunda queja laboral ante la RRML, al final de la cual se le dio un tiempo de remediación de las anomalías laborales, fijando un tiempo para cumplir este requerimiento. Sin embargo, en lugar de acatar las disposiciones, la empresa comenzó el despido de trabajadores, especialmente los participantes en la movilización por la independencia sindical. La negación empresarial para cumplir las recomendaciones de organismos internacionales, a pesar del compromiso de las instancias laborales gubernamentales de México para hacerlas acatar, pareciese mostrar un mayor poderío de las empresas transnacionales ante estas instancias internacionales e incluso de gobiernos nacionales.
El otro aspecto con el que se vincula la actitud de VU sería los límites de la actuación de instancias internacionales para sancionar a las empresas ante el no cumplimiento de sus recomendaciones. En el caso del desacato de VU, se podría esperar que el paso siguiente sería la sanción económica a la planta por el incumplimiento. Sin embargo, tal medida podría ocasionar el cierre y el despido subsecuente de los trabajadores, un resultado que no se desearía, pero quizá resulta necesario para frenar la actuación rebelde de algunas empresas trasnacionales que se niegan al respeto de los derechos laborales.
La decisión que se tome en la resolución del caso VU Manufacturing será fundamental no solo para evaluar la fortaleza de las instancias laborales del TMEC para sancionar el no cumplimiento de recomendaciones sino también de la responsabilidad del gobierno mexicano para exigir el respeto de los derechos laborales. Hasta ahora han sido las empresas, quienes han impuesto sus intereses sobre los derechos de los trabajadores. Las acciones de VU son similares a las que fueron usadas en otros movimientos laborales que exigieron sus derechos laborales. Se utilizaron en Kukdong de México, en Puebla, hasta debilitar a la naciente organización laboral, en el año 2001, y también lo hicieron en Duro Bag, en Río Bravo, eran los años del TLC en donde los procedimientos de los Acuerdos Laborales no pudieron hacer mucho por la defensa de estos trabajadores.
La reticencia, y resistencia, a reconocer un sindicato independiente tampoco es nueva, hay plantas que prefieren cerrar antes que aceptar una organización laboral independiente, esta historia se remonta desde Solidev de México en Tijuana, a principios de los ochenta, otras mantienen décadas de lucha por este reconocimiento como PKC de Ciudad Acuña donde desde veinte años se busca un cambio de organizaciones sindical. Hasta la fecha, en las distintas luchas que los trabajadores han mantenido por la democracia sindical, sea solos o acompañados por organizaciones no gubernamentales o sindicatos, en las maquiladoras, en tiempos pre y post tratados de libre comercio, los costos han sido asumidos por ellos, dado que han sido despedidos y muchos de ellos, los más rebeldes y visibles, puestos en listas negras que les ha impedido colocarse en otras plantas. Se esperaría que, en este tiempo, en donde se prometió una nueva justicia laboral, y sancionar a las empresas que no respetarán los derechos laborales, las cosas cambiaran y se implementaran acciones que muestren la sanción a empresas que no respeten los derechos laborales. Solo acciones y decisiones de este tipo mostrarían la fortaleza de instancias nacionales e internacionales para hacer cumplir los derechos laborales frente a empresas violadoras de los derechos laborales y, sobre todo, permitirían recuperar la confianza de los trabajadores en los mecanismos e instituciones, nacionales e internacionales, que imparten la justicia laboral.
Cirila Quintero Ramírez
El Colegio de la Frontera Norte