La protección consular mexicana se ha adaptado, a medida que los perfiles de los mexicanos en Estados Unidos se han diversificado y la política migratoria de ese país ha cambiado. Si bien las acciones de protección consular reactiva, es decir que responden a emergencias -como las deportaciones- siguen siendo prioritarias, ahora también se ofrecen programas como talleres informativos sobre derechos sociales y laborales, cursos de emprendimiento, canalizaciones médicas, atención a grupos minoritarios (como mujeres y comunidades originarias) e incluso talleres de naturalización.
Estos programas están orientados hacia el empoderamiento de las diásporas, es decir, su objetivo es a mediano plazo y consiste en que las comunidades tengan mayor información y conozcan cómo navegar las instituciones estadounidenses de manera que puedan reaccionar mejor ante las políticas antiinmigrantes.
Se propone el término de protección consular proactiva para nombrar a estas acciones. Esta nota de política pública tiene el objetivo de introducir a la discusión los conceptos de protección consular proactiva y diferenciarlo de la protección consular reactiva.